domingo, 21 de abril de 2013

CUAUTHÉMOC SÁNCHEZ, COHELO, ROWLING?

Cuando estaba en el colegio, fui obligada a leer un libro llamado Juventud en Éxtasis de Carlos Cuauthémoc Sánchez. De más está decir que me causó una modorra insufrible. Cuando digo esto, muchos defienden su lectura sosteniendo que gracias a Cuauthémoc muchos jóvenes han comenzado a leer y eso generará una sana costumbre entre ellos. Si se refieren a generar costumbres, me parece que la gente que comienza leyendo los libros de Cuauthémoc se va a acostumbrar a la modorra intelectual y va a seguir buscando libros que, como Juventud en Éxtasis, no requieran de la inteligencia y la astucia del lector, sino solamente de su capacidad de pasmo.

El proceso de leer, en mi opinión, exige al lector que tome parte activa, que aporte su inteligencia y astucia, que no abdique de la facultad de pensar por cuenta propia.
La chatura intelectual que crea libros como los de Cuauthémoc no va a generar lectores que evolucionen en sus lecturas porque son lectores no entrenados para la actitud crítica, que sólo cumplen un papel de receptores anodinos de clichés y lugares comunes.

Yo concuerdo con Harold Bloom cuando escribió un artículo sobre Harry Potter (y es que muchos papás están contentos porque sus hijos por fin "leen" gracias a J.K.Rowling) y llegó a la conclusión: "Why read, if what you read will not enrich mind or spirit or personality?

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